Hola!
Aquí un nuevo Comandante ultranovato de PS4 totalmente abrumado por el juego. Llevo un par de días en sesiones intensivas y este juego me parece brutal. Es curioso que sea la primera vez que juego a algo que no me ofrece un propósito instantáneo y me abre todas las posibilidades de una galaxia entera por explorar...
[OOC]
Así mismo me sentí desde que inicié, la verdad. Es un juego vasto. No puedo decir que me haya hecho mejor en lo absoluto, pero... bueno, ya qué. Lo disfruto, y creo que eso es lo importante. Siempre me ha gustado volar. Así que bien, voy a darle una mano a esto de presentarme, a ver qué tal me va.
[IC]
Localización: HK Aquarii, Supercrusero.
Hora: 0:39:02 de Dec 24 del 3303.
Ayudando a los rebeldes locales. Eso sí que no me lo esperaba. ¿Desde cuando este negocio de ser piloto se hizo tan extraño? Y encima de ser un sistema con un poder hostil, y ser buscado por un pequeñísimo incidente..., un cuento para otra ocasión, estoy alimentando a la guerra durante la época de navidad. ¿Ese es el espíritu? Vaya, jamás me pensé ver en tal situación en todos mis años en la estación Baker. Pero bueno. Hemos llegado a la estación. Un momento.
...
0:50:03
Habiendo aterrizado exitosamente en la estación me apoyo contra el plato holográfico de los comandos, descansando mi espalda. No es la necesidad del dinero, no. Incluso Caterina opina, con su poca opinión de horas de contratada, que parezco una Comandante ejemplar. No lo creo así. No me siento particularmente ejemplar de ningún modo, mas hago lo necesario para sobrevivir en este crudo medio que es la Vía Láctea. ¿Verdaderamente siempre fue así, una desesperada carrera para recaudar más y más dinero para llevar consigo a la tumba? Tengo que admitirlo. Jamás he estado en Sol, ni tengo permiso siquiera para visitarlo. Fuera de poder observar los astros con los cuales nuestros ancestros dieron luz a la antigua tecnología y decidieron alcanzar las estrellas, no tengo gran interés en visitar tampoco. Lo que me pregunto es, una vez más... ¿ha sido siempre así, desde aquél entonces? No lo sé. Pero un terrible estremecimiento en mi abdomen me dice que no debería indagar más, por mi bienestar mental.
Localización: Batz.
Hora: 0:59:23
Agitando la mano en el clásico ademán de despedida, veo a los últimos pasajeros descender por la escalerilla azulada al lado de Caterina, quien parece contenta de no tener que recoger basura dejada atrás por este grupo. Rebeldes bien comportados, hay que admitir. Decidimos transferir la nave al aparcamiento interno y vamos por un café, para hablar sobre nosotras. Y a medida que charlamos, el maravilloso aroma del café me hace caer en cuenta de algo: esto es lo que debe llevarse consigo. No rangos, ni condecoraciones, ni dinero, ni fama. Pequeños sabores y memorias que llenen el alma. Sonrío por primera vez a Caterina, quien contenta me cuenta sobre sus alucinantes experiencias de Ross 128 y así se nos van las horas. Y desde ahora, supongo, seguiré en búsqueda de eso. Pequeños sorbos de café.
Fin de la transmisión.