El cuaderno de bitacora de la CMDR Maya Fey

¿Qué había pasado exactamente? El ocupante de la cápsula de escape, logró enfocar el pequeño ventanuco ante su rostro. Los restos de una Gutamaya giraban perezosamente un poco más lejos y, detrás, las estrellas brillaban difuminadas por una extraña niebla verde. La niebla corrosiva que había destruido las naves... Lo recordaba.

Se llevó la mano a la cabeza y tocó la contusión y la humedad. ¿Sangre? ¿Cómo había llegado hasta aquella cápsula de escape? Y entones oyó el silbido… Había una fuga. Pero antes de que pudiese ocuparse de ese problema, algo flotó grácilmente frente a la Gutamaya y se volvió hacia él. Parecía una flor ósea de tamaño descomunal. Llenaba toda su perspectiva, y el cielo quedó eclipsado tras ello. La cosa estaba viva y había fijado su atención en él. El humano quiso blasfemar algún improperio, pero sus cuerdas vocales no le obedecieron.

La criatura desplegó un haz de tentáculos luminosos en su dirección. Un chirrido grave retumbó contra su cápsula de escape. El humano no pudo evitar agitarse, intentando correr dentro de su prisión. Su codo golpeó los controles y activó sin pretenderlo el canal abierto de comunicaciones.

“¡¡¡Vamos, vamos, vamos!!! Tú puedes!!!”, dijo una voz por el altavoz.

Oír otra voz en la cabina debería haberlo sorprendido, pero el terror había barrido cualquier otro sentimiento. El enorme alien lamió con los tentáculos luminosos su cabina y su luz verde lo llenó todo mientras la voz del altavoz se gritaba órdenes a sí misma.

“¡¡¡Vamos, Maya!!! ¡¡Corre!! ¡¡Corre!! ¡¡Frena!! ¡¡Lanzando dron!! ¡¡Abre escotilla!!”

Al otro lado del ventanuco, un pequeño dron recolector apareció atravesando valerosamente aquel haz de tentáculos y enfiló directamente hacia él. Tras él, una DB Scout se posicionó entre la cosa y él. Una sacudida en la cápsula de escape le hizo notar que el pequeño dron había llegado hasta él y lo estaba remolcando.

“¡¡Vamos, pequeño, vamos!! ¡¡Tráemelo!!”


La oscuridad se hizo, y el sonido de anclaje le indicó que ahora estaba dentro de la bodega de la Diamond Back.

“¡Cierra escotilla! ¡Motores!”

Una violenta sacudida y el rescatado se vio luchando contra la nausea y el desmayo. La pequeña nave estaba dando motores como si no hubiese mañana.

“¡Nos está persiguiendo! Corre, corre, corre...”

Varias alarmas de ataque resonaron.

“Casco al 70%”, cantó la voz de la IA.

Fue el límite que pudieron soportar sus nervios… El rescatado perdió el conocimiento mientras la nave saltaba a supercrucero.


Magpie ejecutando una danza diplomática frente a un targoide. Sí, funciona. Nos dejan pasar y recoger si lo hacemos bien.
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- Sííííi… Vaaaaale… Tranquiiiiiilo, hermano… Que sííííí… Venga, ahora te busco un Fuel Rat y lo entrevisto.

Maya Fey desconecta su comunicador personal y mira alrededor en busca de la presa designada. Está rodeada de VICs (very important commanders) en una estación turística. Parece que se reúnen una vez al año, o algo así… El comandante Aybkamen decidió regalarle una entrada al evento, y todavía no entiende por qué. Gente con pintas peligrosas, un grupo de orgullosos camioneros declamando “For the mug!” cual hooligans, leyendas vivientes codeándose con supervivientes de varias guerras… y una torpe piloto novata deambulando por el lugar en busca de una rata.

- Que le busque un Fuel Rat y lo entreviste… ¡¡¡Pero si nunca en mi vida he hecho una entrevista!!! Bueno, todo sea por tener a la familia contenta.


Tras una corta caminata por el lugar detecta a un piloto con el emblema de los Fuel Rats. Es un hombre joven, con gesto afable e incluso tímido...

- Seleccionando objetivo… iniciando interdicción… - declama para sí misma mientras saca su comunicador personal para grabar sus palabras.

El piloto parece sorprendido cuando una chica bajita se le acerca directamente y le informa:

- Hola, soy Maya Fey. Mi familia me ha pedido que entreviste a un Fuel Rat. Son muy fanes de vosotros desde que los rescatasteis en un viaje turístico. Te prometo que no te molestaré más de dos minutos. ¿Me permites grabar tus palabras?


El piloto sonríe levente y asiente.

- No hay problema.


- Muchas gracias. Vas a hacer feliz a un grupo de entusiastas. Vale, pues… primera pregunta… ¿Cuál es tu nombre?


- Ehm… Me llamo Teofrasto Aibalaostia *…

La mandíbula de Maya se descuelga, se le cae el dispositivo de grabación y lanza una exclamación digna de la mejor grupie: “Iiiiiih!! ERES TEOFRASTO AIBALAOSTIA!”, nos cruzamos en el sistema Puturrú de Fua. Me pusieron una multa de aparcamiento por tratar de mirar de cerca tu Anaconda.


* Nombre ficticio
(basado en hechos reales.)
 
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- Sííííi… Vaaaaale… Tranquiiiiiilo, hermano… Que sííííí… Venga, ahora te busco un Fuel Rat y lo entrevisto.

Maya Fey desconecta su comunicador personal y mira alrededor en busca de la presa designada. Está rodeada de VICs (very important commanders) en una estación turística. Parece que se reúnen una vez al año, o algo así… El comandante Aybkamen decidió regalarle una entrada al evento, y todavía no entiende por qué. Gente con pintas peligrosas, un grupo de orgullosos camioneros declamando “For the mug!” cual hooligans, leyendas vivientes codeándose con supervivientes de varias guerras… y una torpe piloto novata deambulando por el lugar en busca de una rata.

- Que le busque un Fuel Rat y lo entreviste… ¡¡¡Pero si nunca en mi vida he hecho una entrevista!!! Bueno, todo sea por tener a la familia contenta.


Tras una corta caminata por el lugar detecta a un piloto con el emblema de los Fuel Rats. Es un hombre joven, con gesto afable e incluso tímido...

- Seleccionando objetivo… iniciando interdicción… - declama para sí misma mientras saca su comunicador personal para grabar sus palabras.

El piloto parece sorprendido cuando una chica bajita se le acerca directamente y le informa:

- Hola, soy Maya Fey. Mi familia me ha pedido que entreviste a un Fuel Rat. Son muy fanes de vosotros desde que los rescatasteis en un viaje turístico. Te prometo que no te molestaré más de dos minutos. ¿Me permites grabar tus palabras?


El piloto sonríe levente y asiente.

- No hay problema.


- Muchas gracias. Vas a hacer feliz a un grupo de entusiastas. Vale, pues… primera pregunta… ¿Cuál es tu nombre?


- Ehm… Me llamo Teofrasto Aibalaostia *…

La mandíbula de Maya se descuelga, se le cae el dispositivo de grabación y lanza una exclamación digna de la mejor grupie: “Iiiiiih!! ERES TEOFRASTO AIBALAOSTIA!”, nos cruzamos en el sistema Puturrú de Fua. Me pusieron una multa de aparcamiento por tratar de mirar de cerca tu Anaconda.


* Nombre ficticio
(basado en hechos reales.)

FDJ
Puedo confirmarlo, estaba presente
 
Sistema de la federación Tal (*nombre ficticio)
Agricultura y turismo.
Quinto planeta.
Estación coriolis Jofroncia (*nombre ficticio)

Dos personas observan interesadas desde el puesto de control los pads de aterrizaje.
Victoria observa casi sin pestañear, seria y adusta, la entrada a la estación, en espera de una nave en concreto. Niall, mucho más relajado, conversa con uno de los controladores al mando.

Gracias por el favor, James. Creo que si no lo vemos con nuestros propios ojos no nos lo creeremos.
No hay de qué Niall – contesta James –. Yo te debo unos cuantos.
¿Qué tal está tu esposa?
Oh, gracias por preguntar. Mucho mejor. Parece que el tratamiento funcionó y ahora ya…

Victoria oye la cordial conversación a su espalda, pero sus ojos están fijos en la puerta y sus oídos en las comunicaciones que salen de los auriculares de cortesía que les han prestado. No tienen micrófono, pero pueden escuchar todo lo que se habla en el espacio de vuelo alrededor de la estación. Voces pidiendo permiso para atraque, protestando por escaneos injustificados, estática, voces distorsionadas por malos equipos de comunicación… Los controladores responden con pragmatismo y la calma chicha de quien podría hacer ese trabajo durmiendo.

Su marido, Niall, sigue con la cordial conversación, como siempre abriéndose paso con su encanto y su buen hacer. ¿Qué favores les debe James para permitirles estar en la torre de control?

“Gutamaya, Mike, Alfa, yankee…”, Victoria da un imperceptible respingo al oír el código en los auriculares, “Control de vuelo de la estación Jofroncia. Esta estación se encuentra bajo mando de la Federación. Siga todas las regulaciones de aproximación y atraque.”

Hay dos segundos de expectante silencio y, por fin, llega la respuesta. Una voz joven de mujer contesta.

“Control de vuelo, aquí Gutamaya, Mike, Alfa, Yankee, solicitando permiso de aterrizaje.”

Niall se ha callado y sonríe de oreja a oreja. Es la voz de Maya, su niña.

“Mike, Alfa, Yankee. Permiso de atraque concedido. Proceda al pad número veinticuatro.”


Sin decir ni una palabra, Victoria y Niall se posicionan para poder tener una buena visión de la entrada. Y, tras unos minutos, la nave hace su aparición: una Clipper, de un profundo tono cobalto atraviesa la puerta de la estación. El nombre sobre su casco: Medianoche.

Victoria se ha quedado con la boca abierta, observando la nave proceder hacia el pad designado. ¿Es ella realmente? ¿Cómo ha conseguido esa nave?

La voz de Maya vuelve a salir de los auriculares.

Hola Mamá, papá. Sé que estáis ahí. Sí, soy yo.

Niall se echa a reír y Victoria no puede evitar sonreír también.

Sí que nos conoce bien – comenta Niall.

Así que Baronesa Maya de la casa Fey – comenta Victoria y se echa a reír a su vez.

La voz de Maya suena ahora por el canal privado solo para ellos.

Mamá, Midnight estará encantada de que la pilotes. Papá, espero que hayáis pensado ya dónde queréis que os lleve de vacaciones. Pago yo.

Tengo una curiosidad tremenda por saber cómo ha conseguido que le den el título de baronesa y que le permitan hacerse con una Clipper.

Tendremos tiempo de hablar. He escogido un sistema con spas termales.

Eres el mejor, cariño.

Niall pasa un brazo sobre los hombros de su esposa mientras observan a Medianoche posarse con precisión en el pad designado.

Lo sé – le dice con tono sugerente.


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Sistema de la federación Tal (*nombre ficticio)
Agricultura y turismo.
Quinto planeta.
Estación coriolis Jofroncia (*nombre ficticio)

La cabeza del Comandante OtroLagia iba a explotar. No había visto cosa más pesada que los políticos que estaba transportando. Recordó que ahí había un buen bar, ponían unas excelentes tapas así que cuando soltara a los impresntables que se acomodaban en la cabina de primera clase de tu dolphin te irías a tomarte la jarra más grande y fría que tuvieran.

Una clipper imperial en color cobalto se te cruzó en la trayectoria hacia la entrada de la estación haciéndote frenar de golpe.

- ¡Maldito loco! Bueno, mejor no decir nada, una nave imperial en negro... vete a saber que clase de asesino va a los mandos.

Tras atracar y cobrar tu recompensa pides al servicio de limpieza que le peguen un repaso a la cabina y emprendes camino hacia la "Alita chorreante", esa cerveza te esperaba.

Salías junto al acceso a la bahía 24. Ahí es donde atracó el loco de la clipper negra, mejor acelerar el paso y no cruzarte con él, aunque ahí abajo y sin naves que te pudieran disparar la cosa podría ser muy distinta. Oyes unas pisadas, ligeras y rápidas, alzas la vista y ¿¡¿Maya?!? ¿¡¿Maya Fey?!?

- ¡Hola Otro Lagia! ¿Que haces tu por aquí?

- ¿Eres tu la dueña de esa Clipper negra? ¿Maya "rescata-esclavos" en una nave i-m-p-e-r-i-a-l del color de la nave de Darth Vader? (el comandante se recreó en la palabra imperial para destacar el carácter esclavista que suele tener esta facción)

- ¡Hola Maya!

El Comandante Lagia se giró y vió a un hombre y una mujer mayores que caminaban hacia ellos. Se fijó en la cara de ella y se volvió hacia Maya.

- Eeeesto... Maya, lo siento tengo prisa, tengo que.... que.... ¡rellenar unos impresos! si, eso es, unos impresos. Nos vemos. Enhorabuena por tu nueva adquisición. Muy bonita. ¡Adiós!

El comandante OtroLagia se dio la vuelta y salió a paso acelerado mientras se atusaba la cabeza para ocultar el rostro.
 
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Apenas tiene tiempo de decirle a Otrolagia

-- Me alegro de verte, Otrolagia. ¡Que te sea leve el papeleo!

Y dos abrazos la envuelven.

-- maaaaama... que me ahogo...

--Ay, hija perdona, es la emoción.

-- Pues espérate a darle boost a Medianoche, que sí que te vas a emocionar.




>>>>>>>>>>>>>>>>>> Unas horas más tarde <<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<



Sistema de la federación Tal (*nombre ficticio)
Agricultura y turismo.
Quinto planeta.
Estación coriolis Jofroncia (*nombre ficticio)

Bar Alita Chorreante (nombre real)


Hay un montón de comida consumida y otro montón a medio consumir sobre la mesa.
Varios recipientes de cerveza y sidra. Algunos ya vacíos, otros en el proceso de ser vaciados.
Cuatro personas sentadas alrededor de la mesa.
Y un montón de carcajadas.

¿En serio? – pregunta Riannon, la hermana mayor de Maya. Morena, seria y elegante en sus palabras y gestos. Pero una sonrisa delatora curva su boca. Está a punto de perder la compostura. Todos lo saben y esperan el momento.

Os juro que es cierto. Vuelo sin armas. En cuanto me lanzo a todo thruster hacia ellos con Medianoche, echan a correr. Se ve que se creen que soy alguna especie de psicópata o algo así por haberla pintado de oscuro.

Hay otra carcajada comunal. Niall se limpia los lagrimones de los bordes de los ojos.

Ay, mi niña pequeña y sus ocurrencias. Me parece genial. ¿Y cómo dices que conseguiste la nave?

Repartiendo licor.

¿Disculpa? – exclama Riannon incrédula.

Os lo explico. Me hice amiga de una gente que se llaman “Los duques de la pirra”, más o menos. Son imperiales, pero su líder lleva rímmel.

Riannon escupe la cerveza que estaba bebiendo por la impresión.

No puede ser.

Te lo juro. Y además se montan unas fiestas en sus outposts que la flipas. Pues empezaron a pedirme cosas arriesgadas. Oye Maya, que si matas a este tipo… Oye Maya, que si nos robas esto… Oye Maya, que si nos donas licor y drogas...

Victoria frunce más el ceño. Riannon se lleva la bebida a los labios para ocultar su gesto de desaprobación. Niall se limita a sonreír y escuchar.

No habrás aceptado...

Mamá, tranquila, me he negado siempre a aceptar trabajos de sicario. Los que acepté hacer para ellos solo tenían como consecuencia una multa, si me pillaban. No he disparado a otras naves ni he destruido propiedades … en esos sistemas …

Voy a ignorar la última parte de esa frase.

¡¡Bien!! Pues nada, que los duques de la pirra se montan unas fiestas impresionantes en sus outposts y necesitaban un suministro constante de substancias que son caras y, en muchos sistemas, ilegales.

Parecen gente interesante.

No te aburres con ellos, te lo aseguro. Pues, un día, hablando con mi contacto, que estaba ansioso por que les trajese un donativo de licor y tabaco, le dije eso de “La capacidad de carga de Country es limitada. Y no voy a volar ese cargamento en un Type6, es colgarme un cartel de Destruidme Por Favor. Así que, tened paciencia”. Pero no tenían paciencia. Así que unas horas más tarde me contactó, y me dijo que me iba a procurar un título nobiliario para darme acceso a los astilleros imperiales. Que solo tenía que impresionar a la armada Imperial con un trabajito arriesgado e ilegal y entonces – Maya hace una pausa dramática y usa un tono regio para sus siguientes palabras – me convertiría en la Baronesa Maya de la casa Fey.

Y todos los reunidos en la mesa estallan en otra carcajada brutal. La joven de pelo negro se cae de la silla y hay más carcajadas todavía al presenciarlo. Desde el suelo sigue riéndose.

¿¿¿Baronesa??? ¿¿¿Tú baronesa??? Pero si no sabes ni cómo ponerte un vestido, ni aunque te maten.

¿¿Casa noble?? ¿¿Nosotros?? – exclama Victoria doblándose por la risa.

Eh, eh… que hace unos cuantos miles de años, el apellido Fey creo que era de algunos seres de leyenda o así en el sistema Sol, no os riáis… – pero ni siquiera Niall puede aguantar la risa.

Maya trata de poner calma y ayuda a su hermana a sentarse en la silla de nuevo. Por mucho que Riannon intenta recobrar la compostura no puede dejar de soltar ahogados jijijis entre lagrimones, pero quiere acabar de escuchar la historia.

Pues eso, me pidieron que hiciese un trabajo en concreto, bastante complicado. Magpie y yo lo hicimos, y al día siguiente recibí mi título nobiliario y permiso de acceso a los astilleros imperiales.

jijijijiji… Baronesa. Jijijiji...

¿Probaste la Courrier?– pregunta Victoria con gesto de interés.

Sí. Probé varias naves que no me sedujeron, entre ellas la courrier. Pero en cuanto crucé la puerta de la estación con la clipper se me erizó el pelo de la nuca, supe que su nombre era Medianoche y que su color natural era el cobalto. Y se movía como el viento… Una preciosidad.

jijijiji… con corona y peinado con trenzas… jijiji...

Victoria da un sorbo a su bebida.

Suena totalmente lógico.

jijijiji… y sirvientes que la llamen mylady… jijiji…

Alguien aparece por la puerta. Maya sonríe y le saluda efusivamente desde la mesa.

Ey, Otro Lagia, ¿qué tal?

Victoria se vuelve hacia la persona que ha interpelado su niña pequeña…


 
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El siguiente relato ha sido escrito a medias con Otro Lagia, pero me ha dejado a mí el marrón de colorearlo. Por eso parece que es solo cosa mía, pero no

Sistema de la federación Tal (*nombre ficticio)
Agricultura y turismo.
Quinto planeta.
Estación coriolis Jofroncia (*nombre ficticio)

Bar Alita Chorreante (nombre real)

El trato era magnifico: ¡una botella de ginebra Mega de Alpha por raciones de croquetas cada vez que acudieras al bar! Un trato estupendísimo. Al fin y al cabo tenías unas cuantas cajas de cuando estuviste en Hutton y que no habías vendido.

Sí, todo iba de rodado hasta que la madre de Maya te dirigió una mirada fija de reconocimiento y entrecerró los ojos. Por un momento tu cuerpo dudó entre dejar caer la botella por el sobresalto o hacerla estallar por el chute de adrenalina. Ante la indecisión la botella permaneció intacta en tu mano. Y, sin percatarte, le mantuviste la mirada a esa mujer guerrera mientras calibrabas las posibles vías de escape, porque, algo tenías claro: no ibas a mentir ni a ocultar que ella te pidió que vigilases a Maya a cambio de salvarte la vida. La escena, unas semanas atrás en el bar de la estación Jofroncia, volvió a tu mente. Maya preguntándote “Otro Lagia, ¿de qué conoces a mi madre?” ante un desliz tuyo. Una pregunta que se quedó en el aire y que seguro que Maya recordaba demasiado bien.

Mieeeeerda. Y el duelo de miradas siguió mientras tu cuerpo no lograba decidirse cómo salir de aquella situación.

De súbito una cabeza pelirroja se interpuso en la línea visual rompiendo el momento: Maya, levemente achispada por la sidra, feliz de encontrarse con un amigo.

Otro Lagia, ¡ven! Deja que te presente. Esta es Riannon, mi hermana. Niall, mi padre, y Victoria, mi madre. Falta nuestro hermano, que estaba muy liado y no ha podido venir. Familia, este es Otro Lagia. Es un piloto muy majo y, de vez en cuando, nos vemos en el bar del Sistema Puturrú de Fua para contarnos batallitas.

Hubo varios holas e invitaciones a sentarte. Miraste a Maya con sorpresa… ¿Era posible que no recordase aquella pregunta? No, no parecía recordarlo en absoluto.

Hicieron sitio en la mesa. Y tomaste una decisión. El miedo huyó de tu cuerpo como el aire de un globo. Se acabó el huir cada vez que creías que la madre de Maya andaba cerca, se acabó el temor por que descubriese cómo te había mandado vigilarla. Se acabó. Sonreíste, aceptaste el asiento junto a Riannon y el destino que se te venía encima. Niall te preguntó qué te apetecía tomar. Maya comentó:

Bueno, ahora ya os conocéis.

Negaste con una sonrisa.

En realidad, Victoria y yo ya nos habíamos encontrado. Encantado de verte de nuevo Victoria.

Hay que reconocer que encajó el golpe muy rápido, y hubo un leve gesto de reconocimiento ante un movimiento inesperado.

Me alegro de ver que estás bien, Otro Lagia – dijo con su voz de seda negra.

Riannon miró interesada.

¿Cuándo? ¿Dónde?

Victoria dio otro sorbo a su bebida antes de contestar.

Le pedí que echase un ojo a Maya hace unos meses... – y bajó la mirada.

Maya observó a su madre con sorpresa.

¡¿Mandaste a mi amigo a vigilarme?!

Sí, cariño, lo siento. Sé que no debería haberlo hecho, pero me preocupaba que mi niña pequeña estuviese sola allí fuera. Luego me di cuenta de que no necesitabas guardaespaldas.

Y Maya se echó a reír. Carcajadas reales de felicidad.

¡Es tan típico tuyo! Siempre te preocupas de cuidarnos aunque estemos lejos.

Fue como si te quitasen una losa de encima. No había rencor alguno en ninguna de las dos. Y te pareció ver a Victoria ruborizarse.

Bueno – añadiste –, lo que no sabéis es que acepté el encargo de Victoria porque ella me salvó la vida.

Y todas las miradas se volvieron hacia ti. Tres de interés, una de temor.

Me libró de tres naves piratas que me estaban asaltando con su Vulture en apenas un minuto. Fue impresionante.

Riannon y Maya te observaron durante varios segundos con un desconcierto absoluto en su mirada. Y hubo un gesto de temor en Victoria. Las dos hijas de Victoria se volvieron hacia su madre.

¿De qué está hablando, mamá? – preguntó Riannon.

Parece que había un secreto más grande en esa familia que un simple contrato de guardaespaldas.[/SIZE]
 
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Menudo par estais hechos... da miedo el cómo va a continuar la historia... yo que tu, OtroLagia, saldría corriendo a la de ya XD
 
Fly Assit Off, naves agresivas y la sordera de Shirka.

[video=youtube;6DeZC0K697I]https://www.youtube.com/watch?v=6DeZC0K697I[/video]
 
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Los dos pilotos hablan por el canal abierto del escuadrón. Ríen, intercambian chistes, comparan la última ingenierización de sus naves: una Corbeta y una Clipper, acostumbradas a cazar juntas.
¿Y tú, le has metido alguna mejora?
Maya conecta, al fin, con la conversación del escuadrón.
¿Eh? Sí. Sí, le he mejorado los láseres.
Bien hecho. Estaremos cerca. Si tienes problemas, avisa.
Gracias, chicos.
¡Señal en el radar, una Type 9! – avisa uno de ellos.
¡Vamos!
Maya deja escapar un lento suspiro. “¿Cómo demonios se me ha ocurrido meterme en esto?”. Una misión de cazar piratas.
La Corbeta y la Clipper se lanzan hacia su presa y Magpie las sigue, como una pequeña golondrina tras la estela de un cóndor.
Y empieza el espectáculo pirotécnico en el cielo… La táctica que usan no es sutil. Apabullan a su presa con su superioridad de fuego y sus muy mejorados cascos. El Type 9 apenas logra hacerles un arañazo en la pintura. Menos de un minuto más tarde, una explosión lo convierte en un montón de chatarra.
Maya, de inmediato, frena y se vuelve hacia el panel de contactos buscando restos de cápsulas de escape… No hay ninguna. Permanece varios segundos observando el panel sin verlo. La voz de sus aliados suena de nuevo en las comunicaciones:
¡¡Una Anaconda!! ¡¡Por esas dan mucho dinero!!
La voz la hace volver al presente. Maya consigue por fin coger aire y asumirlo. No hay supervivientes.
¡¡Vente, Maya!! Que te llevarás un buen pellizco.
No hay supervivientes… No hay supervivientes… Tanto tiempo realizando rescates en el vacío y de repente, es ella la que está al otro lado de los láseres. Y su conciencia, la parte lógica de su mente, toma el control, porque sus sentimientos se han replegado a algún lugar profundo donde se encogen. “Maya, sé cortés con tus anfitriones y acepta el plato que te ofrecen”, ordena su conciencia..
¡Voy!
Sus manos se mueven sobre los controles, sin pensar en ello, y da thrusters hacia el espectáculo pirotécnico. Clipper y Corvette están bailando alrededor de la Anaconda y friéndola, sin darle posibilidad de responder.
Maya desconecta el Fly Assist, se gira de lado y recorre toda la banda de la Anaconda dedicándole una salva de láseres. “Esa ha sido una maniobra muy bonita, Maya”, comenta su conciencia.
Y, apenas un minuto más tarde, la Anaconda desaparece del cielo también.
Buen trabajo – comenta uno de sus anfitriones.
Maya, sé amable.
Gracias por invitarme, chicos, hoy estoy aprendiendo muchas cosas.
Na… A mandar.
Maya cierra comunicaciones y respira hondo mientras busca una excusa con la que retirarse sin ofenderles. Señal en el radar… Una Imperial Eagle. Maya salta en su asiento de piloto.
Chicos, ¿me lo podéis dejar a mí? Es de mi tamaño.
Sin problema, avisa si necesitas ayuda.
Gracias.
Maya se lanza hacia la Imperial Eagle. Tras el escaneo, no escoge ninguno de los subsistemas. No quiere inutilizar sus motores. Así que dispara a sus escudos y los impactos brillan con luz azulada. Antes de que la Eagle inicie una maniobra para encararla, ha logrado reducirle casi por completo los escudos.
Vamos, vete… Soy peligrosa aunque no lo parezca.
La Eagle epieza a girar para eludir el ataque. Maya desconecta el Fly Assist, gira, thruster… y la Eagle vuelve a estar a merced de sus láseres. Tras dos disparos, los escudos de la Eagle caen. Maya lanza un misil. Casco del rival al 70%. La Eagle parece dudar, gira sobre sí misma y la encara. Le dispara dos veces y Maya le dedica otro misil. La explosión es un fogonazo sobre el fondo negro del vacío. Casco de la Eagle al 40%. Y, por fin, la Eagle se gira para huir.
Bien , – murmura Maya –,Vete, vete, vete...
“Detectado motor de distorsión”, canta la IA de Magpie mientras Maya sigue encarando a la Eagle en huída.
De repente algo eclipsa el cielo a su derecha… Una clipper oscura la está adelantando y abre fuego contra la Eagle.
¡No!
Una salva de proyectiles adelanta a Magpie a su vez por la izquierda y la Eagle desaparece en una explosión.
Maya detiene a Magpie y mira sin verlos los restos de la Imperial Eagle. Por los comunicadores suenan las voces de sus dos compañeros de escuadrón.
¡Una Federal Drop Ship, buscada! Es un buen pellizco. ¡Vamos!
Y los dos entusiastas se vuelven hacia su siguiente presa. Maya despliega el panel de contactos y busca una cápsula de escape. No hay ninguna…
 
FPJ

Veo que Maya va a acabar en un bar jarta copas mirándose al espejo y preguntándose el motivo de sus actos.

Me gusta el enfoque humano, los dilemas morales que se plantean. Me recuerda un relato de la Batalla de Inglaterra, no muy similar pero que acababa planteando un dilema a un piloto de la RAF.

Por lo visto estuvo derribando un bombardero alemán y conforme empezó a verlo caer se sintió eufórico, se puso a seguir al avión mientras caía.

Al hacerlo vio que un artillero se había quedado enganchado y no pudo saltar. En ese momento se sintió mal y volvió a ametrallar al pobre desgraciado. En ese momento ya no se sintió tan orgulloso.

Por cierto, ¿ande está lo de los túneles? y ¿cabe una anaconda por ellos?
 
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FPJ

Veo que Maya va a acabar en un bar jarta copas mirándose al espejo y preguntándose el motivo de sus actos.

Me gusta el enfoque humano, los dilemas morales que se plantean. Me recuerda un relato de la Batalla de Inglaterra, no muy similar pero que acababa planteando un dilema a un piloto de la RAF.

Por lo visto estuvo derribando un bombardero alemán y conforme empezó a verlo caer se sintió eufórico, se puso a seguir al avión mientras caía.

Al hacerlo vio que un artillero se había quedado enganchado y no pudo saltar. En ese momento se sintió mal y volvió a ametrallar al pobre desgraciado. En ese momento ya no se sintió tan orgulloso.

Por cierto, ¿ande está lo de los túneles? y ¿cabe una anaconda por ellos?


Los túneles están en el sistema Nevermore. Busca unas instalaciones civiles cerca de la baliza. No estoy segura de si cabe una Anaconda, creo que algo justa. X,D Pero, siempre puedes comprarte una Eagle en la estación cercana e ir a jugar.
La comandante Maya Fey no ha acabado en un bar de copas... Ha acabado en un sitio peor. En el siguiente mensaje ya os lo explicaré. XD
Sí, me dedico a jugar el personaje. Es lo que me da historias. Me gusta ver la historia que me va contando la comandante Maya Fey cuando juego.
 
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[FPJ] Atención, hay spoilers relacionados con el comandante John Jameson en esta historia. No la leáis si queréis hacer la quest [FPJ]








Mensaje de: Riannon Fey
Para: Maya fey

Asunto: Encontraron a tu héroe

“Hola, cabeza de chorlita. Te mando un enlace a una noticia de la que estoy segura que no te has enterado: encontraron la nave del Comandante John Jameson. Aquí está el enlace y los archivos de audio. Por fin se ha desvelado el misterio de uno de tus personajes históricos favoritos. Cuídate, tontaca!”


Maya sonríe de oreja a oreja y despliega el enlace. Por fin… después de tantos años sin saber qué ocurrió con él y miles de especulaciones el misterio ha sido descubierto. Se cala los auriculares, para disfrutar en privado del momento y escucha…

Primer archivo… Segundo archivo… Tercero… Al llegar al cuarto su ceño se ha fruncido… Cuando llega al último su expresión está desencajada.

Apaga el reproductor de archivos y se queda quieta mirando al infinito, hasta que un sollozo la sacude. Se lleva los brazos a la cabeza, para ocultarse bajo ellos y se pone a llorar desconsoladamente.

Le traicionaron… – murmura – Le traicionaron…

“Estás descubriendo que el universo es un lugar oscuro y cruel, y que no hay sitio para lucecitas como tú”, canturrea cruelmente una voz en su cabeza.

Oh, ¡cállate, conciencia!

Un rato más tarde, la comandante Maya Fey se dirige hacia el hangar con gesto de determinación. En su rostro están las trazas de haber llorado, y le da igual que alguien pueda verlas. Ha llamado a Mistral, su valerosa nave de viaje, y la está esperando en el hangar. Sube a bordo y pone en marcha los sistemas.

“Bienvenida de nuevo, comandante”, saluda la IA al volver a la vida.

Hola, Shirka. Busca estaciones donde vendan flores.

“A sus órdenes, comandante”, canta Shirka.

Mientras Shirka selecciona la estación más adecuada, la comandante Maya Fey teclea un mensaje:

Para: Comandante Rasczaak
De: Comandante Maya Fey
Asunto: Funeral

Encontraron la nave del comandante John Jameson. Voy a ir a ofrecer mis respetos. Te envío las coordenadas. Si no doy señal de vida en unos días, sabéis por dónde empezar a buscarme. Por si los piratas. Fly safe.



Maya manda el mensaje, y despliega el mapa de galaxia con las estaciones seleccionadas por Shirka. Orquídeas… Solo hay una estación que las venda. Son muy caras. Maya la selecciona como destino y libera a Mistral de sus anclajes. Mientras maniobra fuera de la estación, su conciencia vuelve a la carga.

“Es una pérdida de tiempo y dinero, Maya. No vas a cambiar el universo ni el pasado haciendo esto”.

No voy a cambiarlo, pero me salvaré a mí misma de convertirme en parte de él.

"Lakon, Mike, Alfa, Yankee, está fuera del perímetro de velocidad restringida de la estación. Buen vuelo, comandante", comunican desde control de vuelo.

Mistral se alinea con su vector de salto y carga motor de distorsión.



Sí, he llevado flores al comandante John Jameson... en abierto. Curiosamente, cuando he dicho los motivos de mi visita, me han dejado pasar. Y sí, he dejado dos contenedores con flores, es lo único que me permite físicamente el juego. Rest in peace.
 
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Porque no me deja darte más rep... pero este tipo de acciones son las que hacen divertido jugar "roleando". ++++1
 
:D

+1 Pa tí

Oye, Maya... ¿tu vienes del Elite desde hace ya mucho tiempo? Creo, por recientes descubrimientos (de hecho acabo de mirar pues no estoy muy puesto en el Lore) que es un protagonista de versiones antiguas ¿no?

Viajero, si lees esto ¿has consultado lo que te dije?
 
:D


Oye, Maya... ¿tu vienes del Elite desde hace ya mucho tiempo? Creo, por recientes descubrimientos (de hecho acabo de mirar pues no estoy muy puesto en el Lore) que es un protagonista de versiones antiguas ¿no?

Viajero, si lees esto ¿has consultado lo que te dije?


Hola. Llevo poco tiempo jugando a élite, desde enero de este año. Quien lleva mucho tiempo es Aybkamen y me contó que el personaje que llevabas en el primer juego en los 80 era el comandante Jameson. Parece ser que este que han encontrado es el nieto de ese comandante. Así que, todos los que han jugado con Elite en los 80 han sido el comandante Jameson (abuelo). Eso me ha dicho.
 
Sistema HIP 12099

Mistral aparece junto a la baliza en un fogonazo.
En su bodega, lleva varios cargamentos de orquídeas.

Maya escanea el sistema rápidamente y selecciona el planeta de destino. Probablemente haya cazadores por la zona, esto va a ser un abrevadero durante un tiempo.. así que mejor moverse rápida y sigilosa.

Menos de un minuto más tarde, nave en el radar. Hueca. Una de esas peligrosas naves huecas. Y se mueve en ruta de interdicción. ¡¡Oh, cielos!! Mistral no lleva armas, no tiene suficiente velocidad de huida así que Maya hace girar a Mistral para encarar a su atacante. Si no le permite ponerse a su cola no puede iniciar la interdicción. La nave atacante traza un gran arco tratando de situarse pero Maya se limita a rotar sobre su eje y mantenerla ante su morro.

No llevo armas, no llevo nada para huir… probemos la diplomacia.

Mensaje directo a la otra nave: “o7”
Mensaje de respuesta: “lost?”
Mensaje directo a la otra nave: “Coming to pay my respects to cmdr Jameson. Bringing flowers.”
Mensaje de respuesta: “wow”

La nave se da la vuelta y se aleja. Maya deja escapar un suspiro de alivio.

((Totally true))

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Un rato más tarde, Mistral se posa ante los restos de la mítica Cobra, JJ386.

La nave se estampó sobre la superficie y de alguna manera el piloto logró estabilizarla y trazó un largo recorrido sobre la superficie que la frenó. Está de una pieza, deteriorada, con partes arrancadas por la fricción y marcas de combate… pero de una pieza.

Hay silencio en el lugar y han encendido varias luces rojas a modo de baliza para ayudar a encontrarlo.

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En fin, aquí estamos… – piensa Maya y se apresta a bajar a su SRV para dejar las ofrendas florales.

¿Hola, Maya?– la voz de Raskzaak en comunicación directa.

¿Ras?

Sí, hola. Me dirijo hacia el lugar.

Oh… Oh… – la sorpresa es grata – Vale te abriré baliza pues para ayudarte a encontrarlo.

Te quería preguntar… Estoy en Merope, y aquí no hay flores, ¿crees que llevar una muestra targoide es una buena ofrenda?

¿Muestra targoide? Pues… tras pensar en lo que ocurrió, seguro que le gustaría saber que siguen existiendo.

Estupendo. Llego en breve, voy con la Cousteau.

Te espero pues.

Por cierto, creo que el comandante Sulaco y el comandante Ambit también se acercarán por aquí.

¿En serio?

Sí. Ambit estaba blasfemando por tener que coger la Orca que es la que tiene más capacidad de salto.

Maya deja escapar una carcajada.

Ay, pobre...



(Continuará... y ese lugar de peregrinaje no volverá a ser el mismo)
 
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EL FUNERAL (parte 1)


En anteriores episodios, la comandante Maya Fey decide ir a rendir solitario homenaje a uno de sus héroes de la infancia.
Desafortunadamente, parece que el escuadrón Infinity pretende estropear sus planes.



Sistema HIP 12099
Localización 1B
-54.3 -50.3


Cuatro SRV se reúnen alrededor de la mítica cobra JJ386 estrellada iluminándola con sus faros. Hay silencio… no incómodo, pero sí de ese que necesita ser llenado. Alguien abre comunicaciones.

¿Alguno de vosotros sabe palabras que decir en situaciones así? – pregunta Maya.
Nope – responde Ambit.
Ni idea – dice Sulaco.
Habrá que improvisar – afirma Rasczaak.
Maya trata de pensar en algo adecuado y no consigue encontrarlo.
Creo que la próxima vez tendremos que traernos un sacerdote o algo así, un profesional para estas situaciones.
No habrá una próxima vez – dice Rasczaak –, jamás se volverá a encontrar esta nave así que tendremos que hacer lo mejor que podamos.

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Sin más palabras, Rasczaak avanza y, dando ejemplo, descarga junto a la nave estrellada una muestra targoide.
Descanse en paz comandante Jameson. Hemos sabido su historia y no se olvidará.

Maya no sabe bien qué decir, no se le da bien hablar así que se limita a acercarse para depositar los dos cargamentos de orquídeas junto a la nave estrellada, y vuelve a su posición, para dejar espacio a los otros dos miembros del escuadrón. Hay un momento de incomodidad escénica roto por la voz de Sulaco.

¡¿Había que traer algo?!

No era obligatorio, pero nos pareció adecuado – dice Rasczaak.

Oh vaya... pues… esperad…

Y su SRV echa a correr hacia su Anaconda.

Ehm… Maya – pregunta Ambit cuando la polvareda levantada por el SRV de Sulaco se ha alejado unos cientos de metros–, ¿podrías decirle al muerto que un cargamento de flores era mío? Luego te lo pago.

Ehm… Vale, sin problema. Comandante Jameson, me gustaría hacerle saber que uno de los cargamentos de flores es de parte del comandante Ambit – y parece que hablar la ayuda al fin a encontrar las palabras – . Y que me rompió el corazón saber que le traicionaron. A pesar de que nunca lo conocí ni nunca fue familiar mío, me inspiró para volar y no merecía este final.

Amén, Maya – dice Rasczaak.

El SRV de Sulaco vuelve a toda carrera y dando largos saltos sobre el abrupto terreno aprovechando la baja gravedad. El vehículo frena con una derrapada y Sulaco exclama triunfalmente.

Ya está. ¡Es la mejor ofrenda que puede tener un piloto! – Y deposita junto a la nave un bobblehead del comandante Braben –. Así tendrá alguien que lo acompañe en sus vuelos al más allá.

Y Maya se emociona dentro de su SRV y se le caen dos lagrimones. En ese momento, el canal del escuadrón carraspea y una voz los interpela.

Hola, soy Lecitron, ¿me oís?

Hola, comandante Lecitron, le oímos perfectamente – responde Rasczaak.

Oh, perfecto. Estoy llegando.


Te esperamos. Estamos haciendo las ofrendas.

Hay un silencio reflexivo.

¿Ofrendas? ¿Era obligatorio traer algo?

No exactamente – comenta Maya –, pero, como en los viejos ritos, queríamos traer algo para honrarlo o que le acompañe al más allá.

Hay otro silencio reflexivo.

¿Está bien si le dejo un cheque y que se compre lo que quiera?

El resto del escuadrón calibra la materialista propuesta durante unos instantes antes de responder.

Pues sí…
Correcto…
Muy bueno…
¿Cómo no se me ha ocurrido a mí?

….

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Gracias a mis musos, Lecitron, Sulaco, Ambit y Rasczaak, que me acompañaron en esta tontunez y cuyas ocurrencias me dieron para escribir varios capítulos.
 
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Jo! y yo sin puntos de reputación disponibles para repartir! :D

En mi casa somos más de honrar a los que se han ido con alcohol en las manos, decidme al bar que vamos que yo llevo unas botellas de ginebra de alfa... ah! espera... no... que voy camino de la quinta puñeta... a ver si convenzo a mis pasajeros y hoy honramos al comandante Jameson como se merece.
 
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