17 Draconis
Estación Paradiso Outpost.
2800 a.l. de distancia de mi ubicación actual.
Ése será mi destino,en las orillas de la burbuja.
Pero todavía debo recorrer lo que resta del Brazo de Orion para llegar allí.
El silencio del espacio profundo es desconcertante.Relajante en ocasiones.Desesperante y aterrador en otras.
Hace un tiempo atrás,me disponía a saltar al siguiente sistema justo cuando el radar de la Errante detectó una señal.
Inicio la aproximación,no sin antes activar las armas.Inútiles en la exploración por el Vacio.
Tus enemigos son otros.Algunos viajan contigo.
A una distancia segura,salto de supercrucero.Despliego armas.
De poco me servirían en un combate contra otra nave,menos aún contra algo no humano.Pero si sirvieron para
autoengañarme y darme una falsa sensación de seguridad.
Sólo había restos de lo que fué,hace mucho,una nave.Ni siquiera podía distinguir el modelo.
Navego por los restos del pecio.Enormes trozos de metal,enfrascados en una danza macabra entre ellos para toda la eternidad.
O hasta que Lactómeda dicte mejor suerte.
Apenas quedaba nada por lo que valiese la pena activar y abrir la esclusa de carga.
De repente el peculiar sonido del radar cuando detecta algo significativo.
No lo niego,el corazón me dió un vuelco.
Era un contenedor de datos,bastante dañado.Emitía señales a pesar de todo.
Señales de advertencia.
Naves no humanas atacando estaciones...atacando flotas enteras...Pleyades....la Burbuja ya no es el mismo lugar que dejé casi dos años atrás...
Todavía desconcertada,preparé la nave para iniciar el salto y abandonar esa oscura tumba para siempre.
En los "días" sucesivos no pude dejar de pensar en todo eso.Incluso me planteé dar la vuelta y volver a Colonia.Decisión completamente egoísta y cobarde
que al no tener a nadie que me lo recriminara hacia que pareciera una buena idea.
Aunque en el fondo,no podía hacerlo.Necesitaba ver eso.Si era verdad lo que decía aquella nave muerta.
Hasta entonces.Saludos comandantes.